sábado, 15 de diciembre de 2012

Tema 2 psicología de la motivación


Tema 2
El proceso motivacional
Introducción 
Muchos consideran que en la motivación existe alguna fuente de energía responsable de activar el comportamiento de los individuos, y que cada fuente impulsora es específica para cada conducta. Otros indican que existe una única fuente de energía, que actúa de modo general en todos los individuos y en todas las situaciones, pero esto es refutado ya que no avala la existencia de la gran diversidad de acciones y situaciones. La energía que activa la conducta también cumple una función directiva. Ej: hambre.
La motivación es un proceso adaptativo relacionado estrechamente con la supervivencia y con el crecimiento personal de los individuos.
Para Ferguson (2000), la motivación es un proceso dinámico interno que energiza y dirige las tendencias de acción de los individuos, y  que al ser un proceso dinámico puede implicar un cambio o variabilidad. Ésta variabilidad de la motivación puede hacerse evidente de dos maneras:
1)       Como intensidad en la movilización de la energía o cantidad de esfuerzo que es necesario emplear para llevar a cabo la acción. En este caso, la variabilidad de la intensidad indica la fortaleza o la debilidad de la motivación refiriéndose a cómo de fuerte es la motivación: cuando uno está muy motivado, está más alerta y sensible, y por tanto realiza un mayor esfuerzo en las acciones que desarrolla. Este aspecto energético ha recibido diferentes denominaciones: arousal (Anderson), tensión dinamogénica (Courts), movilización de energía (Duffy) y activación (Duffy y Malmo) sin embargo su usa normalmente el término de activación para indicar el aspecto energético o de intensidad de la motivación. Ej: motivación recién despertado.

2)       Como tipo o calidad de la motivación que conduce a la dirección selectiva de la acción, es decir, nos indica hacia qué objetivo se dirige la acción. Este aspecto implica una selección de la dirección para la ejecución de la acción, estableciendo de qué modo o hacia qué meta se dirige la acción. El aspecto cualitativo o direccional no se refiere al aspecto cuantitativo, si no al aspecto cualitativo de nuestras acciones y conductas, es decir, que tiene que ver con la selección de objetivos o antecedentes a los cuales el individuo responde. Ej: hambre y distancia recorrida para comer.
En la mayoría de las definiciones propuestas sobre el concepto de motivación, se recogen de alguna manera, tanto los aspectos energéticos o de activación de la conducta como los aspectos de dirección a la que dirigimos ésta.
Durante el predominio del conductismo, se dio más importancia a la función energizante; y durante el predominio de la psicología cognitiva, se le dio a los aspectos direccionales. En términos generales, se puede decir que la dirección se refiere a la forma selectiva en la que la energía es gastada y/o experimentada, mientas la activación se refiere a la cantidad o intensidad de esa energía.
2.Activación
Para realizar cualquier actividad o conducta, un organismo necesita siempre un cierto nivel de energía, pues sin ella la actividad o conducta nunca se llegará a producir. La característica energizante de la motivación se la conoce con el nombre de activación y es una de las responsables del inicio, del mantenimiento, de la intensidad y de la finalización de la conducta motivada.
2.1 Concepto de activación 
El concepto de activación era ya conocido en psicología desde las aportaciones de Walter B. Canon sobre las funciones psicofisiológicas de los estados emocionales y motivacionales. Para Cannon la activación se identificaba con la activación fisiológica del organismo y con los cambios y/o respuestas fisiológicas del sistema nervioso autónomo, que forma parte del sistema periférico. Para él, los cambios fisiológicos tenían como principal función preparar a l organismo desde un punto de vista energético para actuar de forma adaptativa según las demandas de una situación determinada. De este modo, la activación tenía una función motivacional energética; el control de esta función energética se realiza a través de la acción combinada de las ramas simpática: responsable de los cambios fisiológicos presentes en las emociones y en los estados motivacionales y que tenía como principal función la movilización de la energía y parasimpática: dominante en los estados vegetativos y que tenía como función la conservación de esa energía; de modo que cuando una se activa la otra se inhibe, y viceversa; actuando así de forma coordinada e inversa.
2.2 Características de la activación:
1)       La primera principal característica, para Petri y Govern (2005),  de la activación es que activa la conducta e inicia la conducta motivada. La conducta manifiesta, suele considerarse como un buen índice de la existencia de motivación, pero la conducta motivada no siempre se manifiesta, cuando no se observa conducta manifiesta puede ser porque el nivel de motivación no baste para desencadenarla, aunque no significa necesariamente que no exista motivación. Lacey señaló que la activación de un organismo se puede manifestar en tres diferentes niveles de actividad: electrocortical (a través del sistema nervioso central), fisiológica (a través del sistema nervioso autonómico) y por la actividad motora.
2)       La segunda característica de la activación es su persistencia o insistencia en el comportamiento; así podemos considerar que cuando un organismo está motivado, persiste en su conducta hasta conseguir su objetivo. Se ha considerado que la persistencia o mantenimiento es un índice de la motivación, en el sentido de que a mayor activación, mayor persistencia del comportamiento. Esta consideración no ha estado exenta de problemas ya que autores como Beck (2000), indican que la persistencia de la conducta puede deberse también a otros factores como el número de opciones disponibles para realizar la conducta; de manera que, cuanto menores sean esas opciones disponibles, la persistencia será más claramente un índice de la motivación, y al contrario.
3)       La tercera característica de la activación es la intensidad (fuerza o vigor) de la conducta motivada. Existe una correlación positiva entre el nivel de intensidad de la conducta y el nivel de motivación, por lo que a mayor intensidad de la conducta, se producirá una mayor activación. Algunos como Petri y Govern (2005)  indican que este hecho no siempre significa una motivación más intensa, sino que además pueden intervenir más factores como el aprendizaje.
La conducta manifiesta, la persistencia y la intensidad son las características de las propiedades activadoras que, en condiciones adecuadas, constituyen los indicadores de la existencia de la motivación.
2.3 Estudios sobre la activación
Ferguson (2000) señaló que han sido asuntos de interés la movilización de energía y el gasto energético de la conducta ya que se ha intentado conocer las variaciones del gasto energético y se ha tratado de averiguar, p. ej. Qué circunstancias conducen a una alta activación, en qué momento del día es más probable que la activación sea más alta o más baja…
Como resultado de todas estas investigaciones se sabe que la activación varía desde el sueño profundo hasta situaciones de máxima alerta o vigilancia. Se produce una alta activación cuando existe un aumento en la alerta, cuando se tiene una mayor capacidad de respuesta y cuando se obtiene un mayor nivel general de excitación fisiológica (Horne, 1988).
Conductualmente, la activación hace referencia a una mayor amplitud, frecuencia y duración de las respuestas de los individuos. Así, en condiciones de alta activación conductual, las respuestas son más fuertes, frecuentes y duraderas. Algunos investigadores como Malmo (1957) han demostrado que la activación en los individuos conduce a una mayor variedad de respuesta; y otros, han comprobado que un aumento de activación les hace responder a una gama más estrecha de estímulos.
Fisiológicamente, la activación alude al aumento de la actividad fisiológica que se asocia, principalmente, con la actividad del sistema nervioso autónomo Ej. Los cambios en la presión arterial, corazón…
Dependiendo de la tarea y la naturaleza de la activación se pueden producir diversos cambios fisiológicos con variaciones en le sistema nervioso autónomo. Los cambios cardiovasculares en la activación pueden producirse: mediante el incremento de la actividad en el sistema nervioso simpático, descenso de la actividad en sistema nervioso parasimpático, cambios en su sistema nervioso simpático y su sistema nervioso parasimpático; ambos medidos mediante electrocardiogramas (ECG), cambios en sistema nervioso central, medidos por electroencefalogramas.
Se han empleado otro tipo de medidas para evaluar la activación fisiológica. Una de las más utilizadas hace referencia a la actividad electrodermal que sirve para medir los cambios en las respuestas de la conductancia (SCR) o las respuestas del potencial (SPR) en la superficie de la piel. Otras medidas de activación son: el electromiograma (EMG) para el registro de actividad muscular, la amplitud y frecuencia respiratoria, el ritmo y volumen sanguíneo, la temperatura corporal, la motilidad digestiva y las mediciones neuroendocrinas, etc.
 Al variar las tareas y las situaciones, también se producen diferentes reacciones de activación. Las situaciones pueden requerir una respuesta tranquila o una respuesta brusca e inmediata, por consiguiente tendrán una respuesta tranquila o brusca e inmediata de acuerdo con la situación. Lacey (1967) describió a esas disociaciones fisiológicas/conductuales con el término fraccionamiento direccional de respuestas. En función de la activación existen ciertas variaciones entre las respuestas fisiológicas y las conductuales. Por el contrario, el término respuesta estereotipada (Lacey y Lacey, 1958) describe que para una gama de estímulos cada individuo posee su propio patrón fisiológico estable y sus respuestas conductuales. Fisiológicamente, unos responderán con reacciones cardiovasculares, otros con reacciones musculares y otros con reacciones dermatológicas. A nivel conductual, p. ej. Unas con una retirada, otras con un ataque, otras con indiferencia…
Las medidas de autoinforme se emplean para estudiar la activación de los humanos para conseguir datos válidos y fiables para relacionarlos con los estados internos de activación, aunque en ocasiones los datos fisiológicos y los derivados del autoinforme pueden estar en desacuerdo. Se han usado para medir la activación momentánea o estado de activación como para medir la activación en términos de rasgo, empleando diferente tipos de pruebas o escalas, puesto que una escala de estado revela diferentes aspectos de la activación que una escala de rasgo. P. Ej. Dos individuos pueden diferir en su rasgo y no diferir cuando ambos se encuentran en una situación de calma o descanso.
Thayer (1989), determinó que ésta implicaba cos estados de activación diferentes, diferenciando entre activación energética que se relaciona con los sentimientos positivos donde los sujetos se sienten vigorosos y animados, y activación tensa que se relaciona con situaciones de amenaza, dolor o ansiedad y los sujetos se sienten nerviosos o tensos. Desarrollo una escala para medir ambas partiendo del supuesto de que los estados de activación de las personas varían en diferentes circunstancias para su investigación examinó las principales características de la activación, identificó las situaciones que la aumentaban o disminuían y determinó qué medidas fisiológicas correlacionaban con las medidas conductuales en las diferentes situaciones de activación.
2.4 Activación y rendimiento
Investigaciones en torno a la activación han explicado las relaciones entre la motivación y rendimiento y han intentado comprender de qué modo la activación afecta a la ejecución en diversas actividades.
En general, cuando aumenta la activación también lo hacen la reactividad fisiológica y la actividad motora. Existe una relación lineal monotónica entre la activación y las respuestas fisiológicas y motoras; así, a mayor motivación, mejor rendimiento. Presentando cuando están activados mayor reactividad fisiológica y una mayor actividad motora.
Las investigaciones de Brehn y Self sobre la dimensión de la intensidad en la motivación, señalaron que: a mayor potencial de motivación mayor, es la cantidad de energía que una persona estaría dispuesta a movilizar. Vinculando expresamente la activación con la conducta manifiesta mediante la siguiente afirmación: la función directa de la activación motivacional es la producción de la conducta instrumental. Desde este punto de vista, aquellas medidas de activación que reflejan más estrechamente la intensidad de la motivación son las que implican al sistema nervioso simpático.
Algunos teóricos han encontrado diferencias en sus relaciones con la reactividad fisiológica y con el rendimiento en una tarea. Mientras que se ha confirmado que la activación sí se relaciona linealmente con la actividad fisiológica, no lo hace de la misma forma con el rendimiento en ejecución de una tarea presenta una relación curvilínea en forma de U invertida.
Yerkes y Dodson postulando una ley en la cual se relacionaba curvilíneamente el nivel de motivación con el rendimiento de ejecución de una tarea.
La ley de Yerkes y Dodson señala que el nivel de motivación tiene un punto óptimo entre los valores intermedios de activación, pero en los niveles excesivamente altos o bajos empeora el rendimiento. Medio siglo más tarde, la teoría de la activación de Hebbs coincidía con la propuesta de una relación curvilíneo de u invertida entre activación y conducta. Cuando una persona se encuentra en un estado de baja activación, la conducta muestra poca eficacia y precisión; cuando la activación aumenta aproximándose a un nivel intermedio, la ejecución mejora haciéndose más eficaz y precisa. Sin embargo, mas halla del nivel óptimo de activación, la ejecución empora significativamente.
Con respecto a las relaciones entre la activación y la ejecución en función de la dificultad de las tareas, Yerkes y Dodson defendieron que el nivel óptimo de motivación para las tareas más fáciles y más bajo para las tareas más difíciles; para alcanzar un nivel máximo de rendimiento en tareas de dificultad media se requerían una intensidad de activación también intermedia. Sin embargo, estudios posteriores sobre este mismo asunto, aunque seguían suponiendo que el nivel óptimo de activación variaba en función del tipo de tarea y no solo de su dificultad. Una de las razones de la falta de unanimidad fue que en numerosas investigaciones no se distinguió entre activación tensa y activación energética, puesto que los efectos de cada una de ellas actuaban de forma muy diferente en la ejecución.
Podemos confirmar que la activación es uno de los componentes básicos del proceso motivacional, y que es una condición necesaria, aunque no suficiente, para que se desencadene la conducta motivada. Algunos autores como Birch, proponen que lo fundamental es examinar las condiciones que lo impulsan a pasar de una actividad a otra, es decir, que lo verdaderamente relevante para que el proceso motivacional se produzca no es la activación sino la dirección de la conducta.

 

 


3.Dirección 
3.1 Concepto de dirección 
No es posible explicar la conducta motivada solo mediante la activación, hace falta además del aspecto energizante del comportamiento, el individuo pueda seleccionar los objetivos o metas hacia dónde dirigir sus conductas. Algunos investigadores como Beck, lo fundamental es considerar la dirección de la conducta que constantemente está realizando el individuo, cómo éste va cambiando de una actividad a otra. Para que el estudio del proceso motivacional se pueda realizar correctamente, es necesario entender los procesos que proporcionan tanto los aspectos direccionales del comportamiento.
Este segundo aspecto de la naturaleza dinámica de la motivación, proporciona la dirección a la variedad de acciones y tendencias que van a mostrar los individuos en las diferentes situaciones y estados internos del organismo (Ferguson, 2000). Siempre que un individuo está motivado, se encuentra implicada una clase específica de motivación, y los diversos objetivos conducen a una dirección diferente en las acciones.
Algunos psicólogos consideran la dirección como un índice claro del estado motivacional que tiene el individuo, y que por esta razón adquiere una importante función para predecir la conducta motivada. En la mayoría de los casos, la dirección de la conducta es clara; pero no es tan clara cuando existen varias posibilidades de elección, que le permitan decidir qué conducta hacer y hacia dónde orientarla. En estas circunstancias, es más difícil que se produzca la predicción de la conducta motivada, puesto que la actuación del sujeto dependerá del valor funcional de cada alternativa. En estos casos, la característica de dirección adquiere una importante consideración que pone de manifiesto la relevancia de este elemento en el proceso motivacional.
Fernández-Abascal en 1995: el concepto de direccionalidad de la conducta abarca tanto a los objetivos determinados genéticamente como a las metas y objetivos típicos del comportamiento del comportamiento humano. El aspecto direccional de la motivación es una característica que diferencia al hombre del resto de los animales, e incluso diferencia también al propio ser humano.
3.2 Variables de la dirección
En general, todos los organismos están en un estado de continua motivación, debido a que siempre existe algún objetivo hacia el cual dirigir sus conductas .La manera de conseguir un determinado objetivo, dependerá del esfuerzo, persistencia y dedicación del individuo, así como de su relevancia y de lo dispuesto que esté a lograrlo. Palmero señala dos variables que intervienen en la consecución de los objetivos:
1)       La expectativa de la consecución del objetivo: dependiendo de la proximidad o lejanía que perciba subjetivamente con respecto al objetivo, el individuo realizará su consiguiente actuación. De esta forma si el individuo considera que el objetivo está próximo a él, y que le sigue siendo atractivo, aumentará su expectativa de consecución, y por tanto aumentará la probabilidad de lograrlo. Si el individuo considera que el objetivo se encuentra cada vez más alejado de él, independientemente de lo atractivo que resulte, disminuirá su expectativa de consecución y disminuirá su probabilidad de conseguirlo.
2)       Su grado de atracción: cuanto más atractivo sea el objetivo para él, mayor será su nivel de motivación, y por consiguiente su actuación estará más encaminada a su consecución. Con el tiempo, el objetivo puede perder parte de su atractivo para el propio individuo, produciéndose una disminución significativa en la acción dirigida a su consecución. También puede ocurrir que un nuevo objetivo, desplace el interés que éste tenía por el anterior.
4. Determinantes de la motivación
En el proceso motivacional intervienen varios determinantes (internos y externos) que actuando de diversas maneras pueden llegar a explicarlo. Se pueden reunir en dos grandes grupos:
4.1 Determinantes internos
Se originan dentro del organismo, y son los mecanismos debidos a la herencia, a factores homeostáticos, al crecimiento potencial y a los procesos cognitivos.
{  La herencia: es el principal determinante interno de la motivación, hace referencia a los diversos factores genéticos que, programados en el organismo, actúan sobre el éste proceso. Algunos mecanismos fisiológicos están programados genéticamente y que están integrados en el propio organismo como la conducta sexual. Este determinando es explicado según dos enfoques diferentes:
{  El enfoque instintivo: propone que la energía se acumula en el organismo y da origen a un estado motivado. Según este enfoque se producen las conductas que actúan para reducir la motivación. Se atribuye a estímulos ambientales específicos el ser los desencadenantes de este tipo de conductas innatas.
{  El enfoque fisiológico: establece que los circuitos cerebrales vigilan el estado del cuerpo y activan las conductas cuando detectan algún cambio. La activación de los circuitos cerebrales que provocan la motivación produce respuestas, que pueden ser tanto innatas como adquiridas.

{  La homeostasis: es un determinante que atañe específicamente al desencadenamiento de la motivación. Hace referencia a la suposición de que existe un nivel óptimo de activación en varios estados del organismo y está relacionado con el mantenimiento del equilibrio fisiológico, equilibrio homeostático. Cannon 1932 creó el término homeostasis para describir los estados estables logrados, por los procesos fisiológicos que trabajan en los organismos vivos. Hace referencia a la idea de una tendencia natural a la búsqueda del equilibrio que no alude a un estado fijo, inmóvil o estático, sino que significa una condición que puede variar constantemente. En esta condición de variación se fundamenta la idea de motivación, puesto que el organismo se encuentra constantemente motivado para mantener la homeostasis.
Los mecanismos receptores son los encargados de vigilar el estado del organismo y de producir una motivación cuando el cuerpo se halla en un estado de desequilibrio; cuando éste se aparta demasiado de su nivel óptimo de funcionamiento, se ponen en funcionamiento los mecanismos que activan los circuitos de la motivación y se inician las conductas que devolverán al cuerpo su nivel óptimo. P.Ej. cuando se tiene mucha sed. Los primeros investigadores de los mecanismos receptores pusieron su interés en la función de los receptores periféricos o locales como responsables de la vigilancia de los estados físicos de organismo, se pensaba que un estómago vacío y con calambres o una boca reseca eran señales inequívocas de que el individuo tenía hambre o sed. Pero, se fueron acumulando pruebas en contra de estos receptores locales, desplazando el interés de los investigadores hacia los receptores centrales del cerebro, como los auténticos vigilantes de las variaciones físicas de los organismos. Hoy en día, el interés se centra más en la interacción de las señales periféricas.
Los motivos primarios parecen ajustarse perfectamente con el nivel óptimo o de equilibrio otros como los motivos secundarios no
{  El crecimiento potencial: hace referencia a la idea de que el ser humano está motivado para alcanzar su pleno potencial tanto en los aspectos físicos como en los aspectos psicológicos y emocionales. Rogers (1961) intenta explicar la motivación considerando que el individuo siempre intenta funcionar con total plenitud ; y por otro lado, Maslow (1971)  utiliza el término autorrealización para designar a la motivación como realización personal. Un aspecto importante de la motivación para el crecimiento es la necesidad de controlar o influir de alguna manera en el ambiente de nuestro entorno, hecho que algunos autores llaman motivación de efecto y otros de causalidad personal. Se siente motivada para crecer o mejorar en sus capacidades físicas, psicológicas y emocionales.
{  Los procesos cognitivos: hacen referencia a los determinantes que proceden de la información que recibimos y de la forma en que la procesamos. Los procesos cognitivos contribuyen de una manera inequívoca a motivarnos; de esta manera, el procesamiento activo de la información, es decir, el pensamiento, repercute de una manera importante en la conducta de los sujetos. La teoría atribucional de Heider (1958) y la teoría de la disonancia cognitiva de Festinger (1957) destacaban en papel del procesamiento activo de la información en el control de la conducta.
4.2. Determinantes externos
Los determinantes externos, que se originan fuera del organismo, son los mecanismos debidos al aprendizaje, a factores hedónicos y a la interacción social.
{  El aprendizaje: es el principal determinante externo de la motivación, ya que está claramente demostrado el papel fundamental que realiza lo aprendido en las conductas motivadas. Hull formuló una teoría en la que interrelacionaba el aprendizaje con la motivación en la producción de las conductas. Numerosas investigaciones han examinado el papel del aprendizaje observacional en la génesis de los estados motivacionales. Bandura (1977) algunos motivos se aprenden a través de la observación, que son la base de gran parte de la conducta humana motivada.
{  El hedonismo: es uno de los primeros y más aceptados determinantes y la explicación más antigua de la conducta motivada. La experiencia común sugiere que el placer y el dolor son dos potentes determinantes de la conducta que producen motivación. Hedonismo está basada en la idea que señala la tendencia generalizada que tienen los organismos a aproximarse a todo aquello que produce placer y huir de aquello que produce dolor. No existe un valor exacto e igual en el continuo del hedonismo entre el placer y el dolor para todos los organismos, puesto que las condiciones cambian según sean las condiciones aplicadas.
El determinante del hedonismo puede explicar muchos de los estados motivados que ocurren en los organismos, pero no explica satisfactoriamente otras motivaciones, como pueden ser las conductas autodestructivas o las conductas dolorosas que producen autolesiones.
4.2.3 La interacción social
La interacción social es uno de los más importantes determinantes externos, pues se ha comprobado que la interacción entre las personas tiene realmente un efecto motivador. Las situaciones sociales influyen en la conducta, porque la presencia de las personas modifica la motivación, podemos afirmar que las relaciones sociales influyen en nuestro comportamiento debido a que la presencia de otras personas modifica nuestra propia motivación, del mismo modo, que nosotros podemos alterar la motivación de los demás.
Debemos afirmar que todos los determinantes que hemos descrito, tanto los internos como los externos, pueden actuar solos o bien conjuntamente, estableciendo complejas interacciones entre ellos, de tal modo que la conducta motivada resultante que se ejecuta, pueda ser fruto de la influencia de uno o varios determinantes a la vez. No todos los determinantes tienen el mismo peso específico, pues su influencia puede variar de una conducta motivada a otra, los principales determinantes en los motivos primarios son la herencia, la homeostasis y el hedonismo, mientras los determinantes en los motivos secundarios son el aprendizaje, la interacción social, el crecimiento potencial y los procesos cognitivos.

5. El proceso motivacional
El proceso motivacional ha sido considerado de distinta manera por varios autores, para Reeve, al definirlo como un proceso dinámico el proceso motivacional está formado por las siguientes fases: 
1)       Anticipación: el individuo tiene expectativas de la emergencia y/o satisfacción de un motivo
2)       activación y dirección: el motivo es activado por un estímulo y dirigido hacia un objetivo
3)       conducta activa y de retroalimentación del rendimiento: el individuo realiza las conductas dirigidas hacia el objetivo
4)       resultado: se sienten las consecuencias de la satisfacción del motivo escogido
El denominador común a todas las consideraciones sobre el proceso motivacional es que éste es un proceso dinámico, que tiene como principal función aumentar la probabilidad de adaptación del organismo a su entorno. Está relacionado con la supervivencia de la especie y con el crecimiento potencial del individuo, incluida su dimensión social. Por tanto el proceso motivacional ha sido considerado como un proceso adaptativo.
5.1 La secuencia del proceso motivacional según Deckers
Para Deckers 2001, la secuencia del proceso motivacional se establecía en tres momentos:
1)       La elección del motivo se refiere a la selección del objetivo de entre los que compiten para conseguir su satisfacción.
2)       Las conductas instrumentales son aquellas actividades que realiza un individuo para satisfacer un motivo y conseguir, de este modo, el objetivo elegido; esto es, a partir de que elige y selecciona el motivo para satisfacerlo, éste decidirá qué tipo de actividades tendrá para conseguirlo, realizando las conductas instrumentales adecuadas. Las conductas instrumentales son un aspecto importante, se pueden considerar el enlace entre el motivo escogido y la satisfacción conseguida. Un individuo puede elegir entre los diferentes modos de satisfacer un motivo.
Para Deckers 2001 hay varios aspectos de la conducta instrumental que reflejan el nivel de motivacion que puede llegar a alcanzar un individuo. Los tres aspectos más importantes de la conducta instrumental son:
Ø  La duración: la cantidad de tiempo que una persona debe dedicar a conseguir satisfacer un motivo.
Ø  La frecuencia: la tasa de participación en un comportamiento determinado; el número de veces que un individuo se implica o inicia una actividad para conseguir su objetivo. Cuanto mayor sea la frecuencia de la conducta instrumental para conseguir el objetivo, tanto mayor será la motivación de este individuo.
Ø  La intensidad: magnitud o cantidad de esfuerzo necesario para llevar a cabo la conducta instrumental. La intensidad varía directamente con la motivación.
La combinación de estos aspectos de la conducta instrumental, configuran la persistencia del individuo en la consecución del objetivo elegido.
3)       La realización de la conducta consumatoria representa la finalización del proceso motivacional, la secuencia conductual termina con la consecución del motivo satisfecho que es siempre el objetivo final del proceso. Aspectos del objetivo final que debemos tener en cuenta para obtener un mejor comprensión de que el individuo está realmente motivado:
*         Examinar las propiedades físicas del objetivo que indujo al comportamiento, analizando su calidad o su valor.
*         La realización de la conducta consumatoria que pone fin a la secuencia conductual, la ejecución de la conducta consumatoria completa la secuencia motivacional a través de la satisfacción del motivo.
*         Examinar los sentimientos subjetivos del individuo con respecto a la satisfacción del motivo. Con este último aspecto se constata si el individuo mediante las conductas instrumentales que ha realizado, ha conseguido satisfacer el motivo escogido o si ha fracasado en su intento. Tanto si lo ha conseguido como si no, el individuo llevará a cabo sus consiguientes procesos de atribución causal, con los que podrá decidir en futuras ocasiones si va a realizar las mismas conductas instrumentales o tiene que efectuar alguna modificación.
5.2 La secuencia del proceso motivacional según Fernández-Abascal
Para Fernández-Abascal 2001, representó el proceso motivacional de una manera muy esquemática. Lo importante de esta interpretación, además de su sencillez, es la claridad expositiva de los elementos que componen dicho proceso.. El proceso motivacional comienza cuando uno o varios de los determinantes motivacionales provocan en el individuo las condiciones necesarias para que éste adquiera la intención de iniciar una conducta específica. A continuación, la activación del comportamiento pone en funcionamiento la conducta con una determinada intensidad y es uno de los elementos fundamentales del proceso motivacional a ser una de las variables responsables del inicio, mantenimiento y finalización de la conducta motivada, aunque no es suficiente para que se desencadene dicha conducta; al mismo tiempo que la intención* también nos indicará la dirección hacia la que el sujeto debe dirigir la conducta, hace referencia a la tendencia a acercarse o evitar un determinado objetivo ya que la activación por sí sola no puede ser responsable de la conducta motivada, diferencia el comportamiento motivado de los hombres con el comportamiento animal. El proceso motivacional se autorregula a través de un sistema de retroalimentación: la conducta actúa en torno a medida que vaya obteniendo información del progreso de su ejecución. De este modo la intención actuará de nuevo sobre la activación, modificando o no su intensidad, con el fin de mantener la conducta o bien finalizarla. La intención actuará sobre la dirección para comprobar si se han conseguido los objetivos propuestos, e incluso puede actuar cambiando de objetivos según se modifiquen las condiciones o las necesidades.
En el proceso motivacional pueden actuar como detonantes uno o varios de los determinantes de la motivación. Como determinantes de este proceso intervienen tanto factores internos como externos de forma que la conducta final que se ejecute pueda ser el resultado de la actuación de varios de ellos. Los determinantes internos son los que ejercen de tracción de comportamiento; mientras que los determinantes externos ejercen de propulsión del comportamiento.
La intención* es el factor motivacional que más influye en la conducta, es un indicador de con qué intensidad se está dispuesto a intentar o cuánto esfuerzo se pretende dedicar a ejecutar un comportamiento. Por otro lado hay que señalar que la intención depende también de dos factores:
{  La actitud hacia la conducta: se refiere a la evaluación personal que le sujeto hace de ella
{  Norma subjetiva: se refiere a las creencias que ejercen la presión social y que inducen al sujeto a  realizar o no ciertas conductas
La intención del individuo en relación con una o conducta solo se llevará a cabo si dicha conducta se halla o no bajo su control voluntario. La intención está determinada por la actitud hacia la conducta, las normas subjetivas y el control voluntario que actuarán sobre la propia ejecución de la conducta.
En resumen, el proceso motivacional se produce por los determinantes motivacionales que movilizan la intención de realizar una conducta, con una determinada activación y dirección. La conducta interactúa con el medio produciendo cambios en la propia intención creando un sistema de retroalimentación.

5.3. El proceso de motivación propuesto por Palmero
Para Palmero (2005), su propuesta para explicar el proceso de motivación pate de diferenciar dos momentos distintos en dicho proceso: la toma de decisiones y la elección del objetivo que se convertirá en meta, que abarca desde la aparición del estímulo hasta la consecución de la conducta motivada; el control del resultado o control sobre la acción que se ha llevado a cabo, incluye aspectos como la verificación de la congruencia, la atribución de causas y la generalización de los resultados.
La secuencia que propone palmero comprende los siguientes pasos:
La ocurrencia o aparición del estímulo: puede ser externo o interno, si es externo lo llamamos deseo, ya que el individuo se siente atraído por una determinada característica de ese estímulo. Si es interno lo llamamos necesidad, ya que el individuo siente una carencia. Es estimulo puede darse realmente ante el sujeto, o no estar físicamente presente, o consistir solo en una distorsión perceptiva o alucinación.
El proceso de percepción del estímulo: se requiere la presencia de un estímulo, la actuación de receptores adecuados y por supuesto la intensidad suficiente para que sea captado por dichos receptores. La percepción del estímulo se puede realizar de dos modos distintos: la percepción consciente, el individuo detecta la presencia del estímulo, en este caso diferentes variables pueden repercutir en la disposición hacia el estímulo; la percepción no consciente, el individuo no pone su atención sobre el estímulo, pero el estímulo afecta a sus receptores y ser por consiguiente procesado el estímulo, continuando de igual modo con el proceso motivacional.
Los procesos de evaluación y valoración del objetivo, que permitirán al organismo decidir qué estímulo es capaz de desencadenar la conducta motivada. El primero de los procesos se caracteriza por la evaluación de la expectativa de consecución de un determinado objetivo, el individuo analiza las características de los distintos objetivos que intenta conseguir, teniendo en cuenta la dificultad que presenta , los recursos y las habilidades de que dispone y el esfuerzo que necesita. El segundo se caracteriza por la valoración o la escala de satisfacción en la que se incluyen las dimensiones cognitivas y afectivas de los objetivos, y las connotaciones negativas que puedan tener en el caso de no poder conseguirlos.
Los procesos de decisión y elección del objetivo: en los cuales hay que tener también en cuenta, además de la necesidad o el deseo, el valor del objetivo y la expectativa de conseguirlo. Cuando son altos tanto el valor como la expectativa de éxito, existe una elevada probabilidad de conducta motivada dirigida hacia ese objetivo, si existe una mínima necesidad o deseo. Cuando son bajos tanto el valor del objetivo como la expectativa de éxito, la probabilidad de una conducta motivada dirigida al objetivo es también muy baja.
La realización de la conducta motivada: esta conducta está considerada como un instrumento con el cual el individuo intenta aproximarse para conseguir su objetivo, y que puede estar constituida por una secuencia de conductas instrumentales que inician una actividad de ensayo-error dirigida a conseguir una meta.
La activación en este proceso, se inicia desde el momento en que el organismo detecta una necesidad, poniendo en marcha de forma automática los mecanismos apropiados para corregir dicha necesidad o deficiencia. Se produce una activación con características homeoestáticas. Se produce activación cuando un individuo percibe, de forma consciente, un estímulo atractivo que desea conseguir, produciéndose una activación general, cuando el individuo ha elegido el objetivo y ha decidido cómo conseguirlo, la activación se vuelve más específica afectando solo a los sistemas que le permitirán ejecutar las conductas instrumentales que le acerquen a la meta.
La dirección en el proceso motivacional empieza en el instante mismo en que se producen los procesos de evaluación y valoración, actuando en la elección del objetivo que se convertirá en meta y con la elección de las conductas adecuadas para conseguir el objetivo.
El segundo momento de proceso motivacional, el individuo llevará a cabo el control del resultado, con la verificación dela congruencia, la atribución de causas y la generalización. Con respecto a la verificación de congruencia; al mismo tiempo que el individuo realiza las conductas instrumentales, efectúa un balance de congruencia entre su situación actual y lo que espera obtener, cuando la congruencia es máxima el individuo continua el proceso. La atribución de causas, pretende que el individuo comprenda lo adecuada que fue la elección de la meta, así como de las conductas instrumentales que usó. Para que se inicie el proceso de atribución de causas no es necesario que el individua haya finalizado la conducta instrumental. Como consecuencia de los procesos anteriores, el individuo establecerá una función de generalización de los resultados que le permitirá asociar las conductas instrumentales usadas con objetivos similares a los que obtuvo.

5. Componentes de la motivación

Durante siglos, los eruditos han dado diversas explicaciones. Estas explicaciones tan distintas no fueron sometidas a ningún control científico hasta comienzos del siglo XX. Basándonos en las investigaciones científicas la mejor manera de entender la motivación humana es analizar los distintos sistemas que la conforman, estudiando sus principales componentes: biológicos, aprendidos y cognitivos.Es importante considerar los componentes motivacionales para comprender el funcionamiento del proceso motivacional, y conocer las interrelaciones que se producen entre ellos.(Fraken 2002) P. Ej: el aprendizaje y la cognición pueden llegar a modificar la expresión de la biología subyacente. 

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