Tema 2
El proceso motivacional
Introducción
Muchos consideran que en la motivación existe alguna
fuente de energía responsable de activar el comportamiento de los individuos, y
que cada fuente impulsora es específica para cada conducta. Otros indican que
existe una única fuente de energía, que actúa de modo general en todos los
individuos y en todas las situaciones, pero esto es refutado ya que no avala la
existencia de la gran diversidad de acciones y situaciones. La energía que activa la conducta también cumple una función
directiva. Ej: hambre.
La motivación es
un proceso adaptativo relacionado estrechamente con la supervivencia y con el
crecimiento personal de los individuos.
Para Ferguson (2000), la motivación es un proceso dinámico interno que energiza y dirige las
tendencias de acción de los individuos, y que al ser un proceso dinámico puede implicar
un cambio o variabilidad. Ésta variabilidad
de la motivación puede hacerse evidente de dos maneras:
1)
Como intensidad en la movilización
de la energía o cantidad de esfuerzo que es necesario emplear para llevar a
cabo la acción. En este caso, la variabilidad de la intensidad indica la
fortaleza o la debilidad de la motivación refiriéndose a cómo de fuerte es la
motivación: cuando uno está muy motivado, está más alerta y sensible, y por
tanto realiza un mayor esfuerzo en las acciones que desarrolla. Este aspecto
energético ha recibido diferentes denominaciones: arousal (Anderson), tensión dinamogénica
(Courts), movilización de energía
(Duffy) y activación (Duffy y Malmo)
sin embargo su usa normalmente el término de activación para indicar el aspecto
energético o de intensidad de la motivación. Ej: motivación recién despertado.
2)
Como tipo o calidad de la motivación
que conduce a la dirección selectiva de la acción, es decir, nos indica hacia qué objetivo se dirige la
acción. Este aspecto implica una selección de la dirección para la
ejecución de la acción, estableciendo de qué modo o hacia qué meta se dirige la
acción. El aspecto cualitativo o direccional no se refiere al aspecto
cuantitativo, si no al aspecto cualitativo de nuestras acciones y conductas, es
decir, que tiene que ver con la selección de objetivos o antecedentes a los
cuales el individuo responde. Ej: hambre y distancia recorrida para comer.
En la mayoría de las
definiciones propuestas sobre el
concepto de motivación, se recogen de alguna manera, tanto los aspectos energéticos o de activación de la conducta como los
aspectos de dirección a la que dirigimos ésta.
Durante el predominio del
conductismo, se dio más importancia a la función energizante; y durante el
predominio de la psicología cognitiva, se le dio a los aspectos direccionales.
En términos generales, se puede decir que la dirección se refiere a la forma
selectiva en la que la energía es gastada y/o experimentada, mientas la
activación se refiere a la cantidad o intensidad de esa energía.
Para
realizar cualquier actividad o conducta, un organismo necesita siempre un
cierto nivel de energía, pues sin ella la actividad o conducta nunca se llegará
a producir. La característica energizante de la motivación se la conoce con el
nombre de activación y es una de las responsables del inicio, del
mantenimiento, de la intensidad y de la finalización de la conducta motivada.
2.1 Concepto de
activación
El
concepto de activación era ya conocido en psicología desde las aportaciones de
Walter B. Canon sobre las funciones psicofisiológicas de los estados
emocionales y motivacionales. Para Cannon la activación se identificaba con la
activación fisiológica del organismo y con los cambios y/o respuestas
fisiológicas del sistema nervioso autónomo, que forma parte del sistema
periférico. Para él, los cambios fisiológicos tenían como principal función
preparar a l organismo desde un punto de vista energético para actuar de forma
adaptativa según las demandas de una situación determinada. De este modo, la
activación tenía una función motivacional energética; el control de esta
función energética se realiza a través de la acción combinada de las ramas
simpática: responsable de los cambios fisiológicos presentes en las emociones y
en los estados motivacionales y que tenía como principal función la
movilización de la energía y parasimpática: dominante en los estados
vegetativos y que tenía como función la conservación de esa energía; de modo
que cuando una se activa la otra se inhibe, y viceversa; actuando así de forma
coordinada e inversa.
1) La primera principal característica, para Petri y Govern (2005), de la activación es que activa
la conducta e inicia la conducta motivada. La conducta manifiesta, suele
considerarse como un buen índice de la existencia de motivación, pero la
conducta motivada no siempre se manifiesta, cuando no se observa conducta
manifiesta puede ser porque el nivel de motivación no baste para
desencadenarla, aunque no significa necesariamente que no exista motivación.
Lacey señaló que la activación de un organismo se puede manifestar en tres diferentes niveles de actividad:
electrocortical (a través del sistema nervioso central), fisiológica (a través del sistema
nervioso autonómico) y por la actividad
motora.
2)
La segunda característica de
la activación es su persistencia o insistencia en el comportamiento; así podemos considerar que
cuando un organismo está motivado, persiste en su conducta hasta conseguir su
objetivo. Se ha considerado que la persistencia o mantenimiento es un índice de
la motivación, en el sentido de que a mayor activación, mayor persistencia del
comportamiento. Esta consideración no ha estado exenta de problemas ya que
autores como Beck (2000), indican que la persistencia de la conducta puede
deberse también a otros factores como el número de opciones disponibles para
realizar la conducta; de manera que, cuanto menores sean esas opciones
disponibles, la persistencia será más claramente un índice de la motivación, y
al contrario.
3) La tercera característica de la activación es la intensidad (fuerza o
vigor) de la conducta motivada. Existe una correlación positiva entre el nivel de
intensidad de la conducta y el nivel de motivación, por lo que a mayor
intensidad de la conducta, se producirá una mayor activación. Algunos como
Petri y Govern (2005) indican que este
hecho no siempre significa una motivación más intensa, sino que además pueden
intervenir más factores como el aprendizaje.
La conducta manifiesta, la
persistencia y la intensidad son las características de las propiedades
activadoras que, en condiciones adecuadas, constituyen los indicadores de la
existencia de la motivación.
2.3
Estudios sobre la activación
Ferguson
(2000) señaló que han sido asuntos de interés la movilización de energía y el gasto
energético de la conducta ya que se ha intentado conocer las variaciones del
gasto energético y se ha tratado de averiguar, p. ej. Qué circunstancias conducen
a una alta activación, en qué momento del día es más probable que la activación
sea más alta o más baja…
Como
resultado de todas estas investigaciones se sabe que la activación varía desde
el sueño profundo hasta situaciones de máxima alerta o vigilancia. Se produce
una alta activación cuando existe un aumento en la alerta, cuando se tiene una
mayor capacidad de respuesta y cuando se obtiene un mayor nivel general de
excitación fisiológica (Horne, 1988).
Conductualmente, la activación hace
referencia a una mayor amplitud, frecuencia y duración de las respuestas de los
individuos. Así, en condiciones de
alta activación conductual, las respuestas son más fuertes, frecuentes y
duraderas. Algunos investigadores como Malmo (1957) han demostrado que la activación
en los individuos conduce a una mayor variedad de respuesta; y otros, han
comprobado que un aumento de activación les hace responder a una gama más
estrecha de estímulos.
Fisiológicamente, la activación alude al
aumento de la actividad fisiológica que se asocia, principalmente, con la
actividad del sistema nervioso autónomo
Ej. Los cambios en la presión arterial, corazón…
Dependiendo
de la tarea y la naturaleza de la activación se pueden producir diversos
cambios fisiológicos con variaciones en le sistema nervioso autónomo. Los
cambios cardiovasculares en la activación pueden producirse: mediante el
incremento de la actividad en el sistema nervioso simpático, descenso de la
actividad en sistema nervioso parasimpático, cambios en su sistema nervioso simpático
y su sistema nervioso parasimpático; ambos medidos mediante electrocardiogramas
(ECG), cambios en sistema nervioso central, medidos por electroencefalogramas.
Se
han empleado otro tipo de medidas para evaluar la activación fisiológica. Una
de las más utilizadas hace referencia a la actividad electrodermal que sirve
para medir los cambios en las respuestas de la conductancia (SCR) o las
respuestas del potencial (SPR) en la superficie de la piel. Otras medidas de
activación son: el electromiograma (EMG) para el registro de actividad muscular,
la amplitud y frecuencia respiratoria, el ritmo y volumen sanguíneo, la
temperatura corporal, la motilidad digestiva y las mediciones neuroendocrinas,
etc.
Al variar las tareas y las situaciones,
también se producen diferentes reacciones de activación. Las situaciones pueden
requerir una respuesta tranquila o una respuesta brusca e inmediata, por
consiguiente tendrán una respuesta tranquila o brusca e inmediata de acuerdo
con la situación. Lacey (1967) describió a esas disociaciones
fisiológicas/conductuales con el término fraccionamiento
direccional de respuestas. En función de la activación existen ciertas
variaciones entre las respuestas fisiológicas y las conductuales. Por el
contrario, el término respuesta estereotipada (Lacey y Lacey, 1958) describe
que para una gama de estímulos cada individuo posee su propio patrón
fisiológico estable y sus respuestas conductuales. Fisiológicamente, unos
responderán con reacciones cardiovasculares, otros con reacciones musculares y
otros con reacciones dermatológicas. A nivel conductual, p. ej. Unas con una
retirada, otras con un ataque, otras con indiferencia…
Las
medidas de autoinforme se emplean para estudiar la activación de los humanos
para conseguir datos válidos y fiables para relacionarlos con los estados
internos de activación, aunque en ocasiones los datos fisiológicos y los
derivados del autoinforme pueden estar en desacuerdo. Se han usado para medir
la activación momentánea o estado de
activación como para medir la activación en términos de rasgo, empleando diferente tipos de pruebas o escalas, puesto que
una escala de estado revela diferentes aspectos de la activación que una escala
de rasgo. P. Ej. Dos individuos pueden diferir en su rasgo y no diferir cuando ambos
se encuentran en una situación de calma o descanso.
Thayer
(1989), determinó que ésta implicaba cos estados de activación diferentes,
diferenciando entre activación
energética que se relaciona con los sentimientos positivos donde los
sujetos se sienten vigorosos y animados, y activación
tensa que se relaciona con situaciones de amenaza, dolor o ansiedad y los
sujetos se sienten nerviosos o tensos. Desarrollo una escala para medir ambas
partiendo del supuesto de que los estados de activación de las personas varían
en diferentes circunstancias para su investigación examinó las principales
características de la activación, identificó las situaciones que la aumentaban
o disminuían y determinó qué medidas fisiológicas correlacionaban con las
medidas conductuales en las diferentes situaciones de activación.
Investigaciones
en torno a la activación han explicado las relaciones entre la motivación y
rendimiento y han intentado comprender de qué modo la activación afecta a la ejecución
en diversas actividades.
En general, cuando aumenta la activación
también lo hacen la reactividad fisiológica y la actividad motora. Existe una
relación lineal monotónica entre la activación y las respuestas fisiológicas y
motoras; así, a mayor motivación, mejor rendimiento. Presentando cuando están
activados mayor reactividad fisiológica y una mayor actividad motora.
Las
investigaciones de Brehn y Self sobre la dimensión de la intensidad en la
motivación, señalaron que: a mayor
potencial de motivación mayor, es la cantidad de energía que una persona
estaría dispuesta a movilizar. Vinculando expresamente la activación con la
conducta manifiesta mediante la siguiente afirmación: la función directa de la activación motivacional es la producción de
la conducta instrumental. Desde este punto de vista, aquellas medidas de
activación que reflejan más estrechamente la intensidad de la motivación son
las que implican al sistema nervioso simpático.
Algunos
teóricos han encontrado diferencias en
sus relaciones con la reactividad fisiológica y con el rendimiento en una
tarea. Mientras que se ha confirmado que la activación sí se relaciona
linealmente con la actividad fisiológica, no lo hace de la misma forma con el rendimiento en ejecución de una tarea
presenta una relación curvilínea en
forma de U invertida.
Yerkes
y Dodson postulando una ley en la cual se relacionaba curvilíneamente el nivel
de motivación con el rendimiento de ejecución de una tarea.
La
ley de Yerkes y Dodson señala que el nivel de motivación tiene un
punto óptimo entre los valores intermedios de activación, pero en los niveles
excesivamente altos o bajos empeora el rendimiento. Medio siglo más tarde,
la teoría de la activación de Hebbs
coincidía con la propuesta de una relación curvilíneo de u invertida entre
activación y conducta. Cuando una persona se encuentra en un estado de baja
activación, la conducta muestra poca eficacia y precisión; cuando la activación
aumenta aproximándose a un nivel intermedio, la ejecución mejora haciéndose más
eficaz y precisa. Sin embargo, mas halla del nivel óptimo de activación, la
ejecución empora significativamente.
Con
respecto a las relaciones entre la activación y la ejecución en función de la
dificultad de las tareas, Yerkes y Dodson defendieron que el nivel óptimo de
motivación para las tareas más fáciles y más bajo para las tareas más
difíciles; para alcanzar un nivel máximo de rendimiento en tareas de dificultad
media se requerían una intensidad de activación también intermedia. Sin embargo,
estudios posteriores sobre este mismo asunto, aunque seguían suponiendo que el
nivel óptimo de activación variaba en función del tipo de tarea y no solo de su
dificultad. Una de las razones de la falta de unanimidad fue que en numerosas investigaciones
no se distinguió entre activación tensa y activación energética, puesto que los
efectos de cada una de ellas actuaban de forma muy diferente en la ejecución.
Podemos
confirmar que la activación es uno de
los componentes básicos del proceso motivacional, y que es una condición
necesaria, aunque no suficiente, para que se desencadene la conducta motivada.
Algunos autores como Birch, proponen que lo fundamental es examinar las
condiciones que lo impulsan a pasar de una actividad a otra, es decir, que lo verdaderamente relevante para que el
proceso motivacional se produzca no es la activación sino la dirección de la
conducta.

3.Dirección
No
es posible explicar la conducta motivada solo mediante la activación, hace
falta además del aspecto energizante del comportamiento, el individuo pueda
seleccionar los objetivos o metas hacia dónde dirigir sus conductas. Algunos
investigadores como Beck, lo fundamental
es considerar la dirección de la conducta que constantemente está realizando el
individuo, cómo éste va cambiando de una actividad a otra. Para que el
estudio del proceso motivacional se pueda realizar correctamente, es necesario entender los procesos que
proporcionan tanto los aspectos direccionales del comportamiento.
Este
segundo aspecto de la naturaleza dinámica de la motivación, proporciona la
dirección a la variedad de acciones y tendencias que van a mostrar los
individuos en las diferentes situaciones y estados internos del organismo
(Ferguson, 2000). Siempre que un
individuo está motivado, se encuentra implicada una clase específica de
motivación, y los diversos objetivos conducen a una dirección diferente en las
acciones.
Algunos
psicólogos consideran la dirección como
un índice claro del estado motivacional que tiene el individuo, y que por esta
razón adquiere una importante función para predecir la conducta motivada.
En la mayoría de los casos, la dirección de la conducta es clara; pero no es
tan clara cuando existen varias posibilidades de elección, que le permitan
decidir qué conducta hacer y hacia dónde orientarla. En estas circunstancias,
es más difícil que se produzca la predicción de la conducta motivada, puesto que
la actuación del sujeto dependerá del valor funcional de cada alternativa. En
estos casos, la característica de
dirección adquiere una importante consideración que pone de manifiesto la
relevancia de este elemento en el proceso motivacional.
Fernández-Abascal
en 1995: el concepto de direccionalidad de la conducta abarca tanto a los
objetivos determinados genéticamente como a las metas y objetivos típicos del
comportamiento del comportamiento humano. El aspecto direccional de la
motivación es una característica que diferencia al hombre del resto de los
animales, e incluso diferencia también al propio ser humano.
En
general, todos los organismos están en un estado de continua motivación, debido
a que siempre existe algún objetivo hacia el cual dirigir sus conductas .La
manera de conseguir un determinado objetivo, dependerá del esfuerzo,
persistencia y dedicación del individuo, así como de su relevancia y de lo
dispuesto que esté a lograrlo. Palmero señala dos variables que intervienen en la consecución de los objetivos:
1)
La expectativa de la consecución del objetivo: dependiendo de la proximidad o lejanía que perciba
subjetivamente con respecto al objetivo, el individuo realizará su consiguiente
actuación. De esta forma si el individuo considera que el objetivo está próximo
a él, y que le sigue siendo atractivo, aumentará su expectativa de consecución,
y por tanto aumentará la probabilidad de lograrlo. Si el individuo considera
que el objetivo se encuentra cada vez más alejado de él, independientemente de
lo atractivo que resulte, disminuirá su expectativa de consecución y disminuirá
su probabilidad de conseguirlo.
2)
Su grado de atracción: cuanto más atractivo sea el objetivo para él, mayor
será su nivel de motivación, y por consiguiente su actuación estará más
encaminada a su consecución. Con el tiempo, el objetivo puede perder parte de
su atractivo para el propio individuo, produciéndose una disminución
significativa en la acción dirigida a su consecución. También puede ocurrir que
un nuevo objetivo, desplace el interés que éste tenía por el anterior.
En
el proceso motivacional intervienen varios determinantes (internos y externos)
que actuando de diversas maneras pueden llegar a explicarlo. Se pueden reunir
en dos grandes grupos:
4.1
Determinantes internos
Se originan dentro del organismo, y son los mecanismos debidos a la herencia, a
factores homeostáticos, al crecimiento potencial y a los procesos cognitivos.
{
La herencia: es el principal determinante interno de
la motivación, hace referencia a los
diversos factores genéticos que, programados en el organismo, actúan sobre el
éste proceso. Algunos mecanismos fisiológicos están programados genéticamente y
que están integrados en el propio organismo como la conducta sexual. Este
determinando es explicado según dos enfoques diferentes:
{
El enfoque instintivo: propone que
la energía se acumula en el organismo y da origen a un estado motivado.
Según este enfoque se producen las conductas que actúan para reducir la
motivación. Se atribuye a estímulos ambientales específicos el ser los
desencadenantes de este tipo de conductas innatas.
{
El enfoque fisiológico: establece que los
circuitos cerebrales vigilan el estado del cuerpo y activan las conductas cuando
detectan algún cambio. La activación de los circuitos cerebrales que
provocan la motivación produce respuestas, que pueden ser tanto innatas como
adquiridas.
{
La homeostasis:
es un determinante que atañe específicamente al desencadenamiento de la
motivación. Hace referencia a la suposición de que existe un nivel óptimo de activación en varios estados del organismo y
está relacionado con el mantenimiento del equilibrio fisiológico,
equilibrio homeostático. Cannon 1932 creó el término homeostasis para describir
los estados estables logrados, por los procesos fisiológicos que trabajan en
los organismos vivos. Hace referencia a la idea de una tendencia natural a la
búsqueda del equilibrio que no alude a un estado fijo, inmóvil o estático, sino
que significa una condición que puede variar constantemente. En esta condición
de variación se fundamenta la idea de motivación, puesto que el organismo se
encuentra constantemente motivado para mantener la homeostasis.
Los mecanismos receptores son los encargados de
vigilar el estado del organismo y de producir una motivación cuando el cuerpo
se halla en un estado de desequilibrio; cuando éste se aparta demasiado de su
nivel óptimo de funcionamiento, se ponen en funcionamiento los mecanismos que
activan los circuitos de la motivación y se inician las conductas que
devolverán al cuerpo su nivel óptimo. P.Ej. cuando se tiene mucha sed. Los
primeros investigadores de los mecanismos receptores pusieron su interés en la
función de los receptores periféricos o locales como responsables de la
vigilancia de los estados físicos de organismo, se pensaba que un estómago
vacío y con calambres o una boca reseca eran señales inequívocas de que el
individuo tenía hambre o sed. Pero, se fueron acumulando pruebas en contra de
estos receptores locales, desplazando el interés de los investigadores hacia
los receptores centrales del cerebro, como los auténticos vigilantes de las
variaciones físicas de los organismos. Hoy en día, el interés se centra más en
la interacción de las señales periféricas.
Los motivos primarios parecen ajustarse perfectamente
con el nivel óptimo o de equilibrio otros como los motivos secundarios no
{
El crecimiento potencial: hace referencia a la idea de que el ser humano está motivado para alcanzar su pleno potencial tanto en
los aspectos físicos como en los aspectos psicológicos y emocionales. Rogers
(1961) intenta explicar la motivación considerando que el individuo siempre
intenta funcionar con total plenitud ; y por otro lado, Maslow (1971) utiliza el término autorrealización para designar a la motivación como realización
personal. Un aspecto importante de la motivación para el crecimiento es la
necesidad de controlar o influir de alguna manera en el ambiente de nuestro
entorno, hecho que algunos autores llaman motivación
de efecto y otros de causalidad
personal. Se siente motivada para
crecer o mejorar en sus capacidades físicas, psicológicas y emocionales.
{ Los procesos
cognitivos: hacen referencia a los determinantes que proceden de la información
que recibimos y de la forma en que la procesamos. Los procesos cognitivos contribuyen de una manera
inequívoca a motivarnos; de esta manera, el procesamiento activo de la
información, es decir, el pensamiento, repercute de una manera importante en la
conducta de los sujetos. La teoría atribucional de Heider (1958) y la teoría de
la disonancia cognitiva de Festinger (1957) destacaban en papel del
procesamiento activo de la información en el control de la conducta.
Los
determinantes externos, que se originan
fuera del organismo, son los mecanismos debidos al aprendizaje, a factores
hedónicos y a la interacción social.
{ El
aprendizaje: es el principal determinante externo de la motivación, ya que está claramente demostrado el papel
fundamental que realiza lo aprendido en las conductas motivadas. Hull formuló
una teoría en la que interrelacionaba el aprendizaje con la motivación en la
producción de las conductas. Numerosas investigaciones han examinado el papel
del aprendizaje observacional en la génesis de los estados motivacionales.
Bandura (1977) algunos motivos se aprenden a través de la observación, que son
la base de gran parte de la conducta humana motivada.
{ El hedonismo: es uno de los primeros y más aceptados determinantes
y la explicación más antigua de la conducta motivada. La experiencia común
sugiere que el placer y el dolor son dos potentes determinantes de la conducta que producen motivación. Hedonismo
está basada en la idea que señala la tendencia generalizada que tienen los
organismos a aproximarse a todo aquello que produce placer y huir de aquello
que produce dolor. No existe un valor exacto e igual en el continuo del
hedonismo entre el placer y el dolor para todos los organismos, puesto que las
condiciones cambian según sean las condiciones aplicadas.
El determinante del hedonismo puede explicar muchos de
los estados motivados que ocurren en los organismos, pero no explica
satisfactoriamente otras motivaciones, como pueden ser las conductas autodestructivas o las conductas dolorosas que producen
autolesiones.
La
interacción social es uno de los más importantes determinantes externos, pues
se ha comprobado que la interacción
entre las personas tiene realmente un efecto motivador. Las situaciones
sociales influyen en la conducta, porque la presencia de las personas modifica
la motivación, podemos afirmar que las relaciones sociales influyen en nuestro
comportamiento debido a que la presencia de otras personas modifica nuestra
propia motivación, del mismo modo, que nosotros podemos alterar la motivación
de los demás.
Debemos
afirmar que todos los determinantes
que hemos descrito, tanto los internos como los externos, pueden actuar solos o bien conjuntamente, estableciendo complejas
interacciones entre ellos, de tal modo que la conducta motivada resultante que
se ejecuta, pueda ser fruto de la influencia de uno o varios determinantes a la
vez. No todos los determinantes tienen el mismo peso específico, pues su
influencia puede variar de una conducta motivada a otra, los principales determinantes en los motivos primarios son la herencia,
la homeostasis y el hedonismo, mientras los determinantes en los motivos secundarios son el aprendizaje, la
interacción social, el crecimiento potencial y los procesos cognitivos.
5. El
proceso motivacional
El
proceso motivacional ha sido considerado de distinta manera por varios autores,
para Reeve, al definirlo como un proceso dinámico el proceso motivacional está
formado por las siguientes fases:
1)
Anticipación:
el individuo tiene expectativas de la emergencia y/o satisfacción de un motivo
2)
activación y dirección: el motivo es activado por un estímulo y dirigido
hacia un objetivo
3)
conducta activa y de retroalimentación del rendimiento: el individuo realiza las conductas dirigidas hacia
el objetivo
4)
resultado:
se sienten las consecuencias de la satisfacción del motivo escogido
El
denominador común a todas las consideraciones sobre el proceso motivacional es que éste es un proceso dinámico, que tiene
como principal función aumentar la probabilidad de adaptación del organismo a
su entorno. Está relacionado con la supervivencia de la especie y con el
crecimiento potencial del individuo, incluida su dimensión social. Por tanto el proceso motivacional ha sido considerado
como un proceso adaptativo.
5.1
La secuencia del proceso motivacional según Deckers
Para Deckers 2001, la secuencia del proceso
motivacional se establecía en tres
momentos:
1)
La elección del motivo se refiere a la
selección del objetivo de entre los que compiten para conseguir su
satisfacción.
2)
Las conductas instrumentales son aquellas
actividades que realiza un individuo para satisfacer un motivo y conseguir,
de este modo, el objetivo elegido; esto es, a partir de que elige y selecciona
el motivo para satisfacerlo, éste decidirá qué tipo de actividades tendrá para
conseguirlo, realizando las conductas instrumentales adecuadas. Las conductas
instrumentales son un aspecto importante, se pueden considerar el enlace entre
el motivo escogido y la satisfacción conseguida. Un individuo puede elegir
entre los diferentes modos de satisfacer un motivo.
Para Deckers 2001 hay varios aspectos de la conducta
instrumental que reflejan el nivel de motivacion que puede llegar a alcanzar un
individuo. Los tres aspectos más importantes de la conducta instrumental son:
Ø La duración: la cantidad de tiempo que una persona debe dedicar a
conseguir satisfacer un motivo.
Ø La
frecuencia: la tasa de participación
en un comportamiento determinado; el número de veces que un individuo se
implica o inicia una actividad para conseguir su objetivo. Cuanto mayor sea la
frecuencia de la conducta instrumental para conseguir el objetivo, tanto mayor
será la motivación de este individuo.
Ø La
intensidad: magnitud o cantidad de
esfuerzo necesario para llevar a cabo la conducta instrumental. La intensidad
varía directamente con la motivación.
La
combinación de estos aspectos de la conducta instrumental, configuran la
persistencia del individuo en la consecución del objetivo elegido.
3)
La realización de
la conducta consumatoria representa la
finalización del proceso motivacional, la secuencia conductual termina con
la consecución del motivo satisfecho que es siempre el objetivo final del
proceso. Aspectos del objetivo final que debemos tener en cuenta para obtener
un mejor comprensión de que el individuo está realmente motivado:
*
Examinar las
propiedades físicas del objetivo que indujo al comportamiento, analizando su
calidad o su valor.
*
La realización de
la conducta consumatoria que pone fin a la secuencia conductual, la ejecución
de la conducta consumatoria completa la secuencia motivacional a través de la
satisfacción del motivo.
*
Examinar los
sentimientos subjetivos del individuo con respecto a la satisfacción del
motivo. Con este último aspecto se constata si el individuo mediante las
conductas instrumentales que ha realizado, ha conseguido satisfacer el motivo
escogido o si ha fracasado en su intento. Tanto si lo ha conseguido como si no,
el individuo llevará a cabo sus consiguientes procesos de atribución causal,
con los que podrá decidir en futuras ocasiones si va a realizar las mismas
conductas instrumentales o tiene que efectuar alguna modificación.
5.2
La secuencia del proceso motivacional según Fernández-Abascal
Para
Fernández-Abascal 2001, representó el proceso motivacional de una manera muy
esquemática. Lo importante de esta interpretación, además de su sencillez, es
la claridad expositiva de los elementos que componen dicho proceso.. El proceso
motivacional comienza cuando uno o varios de los determinantes motivacionales provocan en el individuo las
condiciones necesarias para que éste adquiera la intención de iniciar una
conducta específica. A continuación, la activación
del comportamiento pone en funcionamiento la conducta con una determinada
intensidad y es uno de los elementos fundamentales del proceso motivacional a
ser una de las variables responsables del inicio, mantenimiento y finalización
de la conducta motivada, aunque no es suficiente para que se desencadene dicha
conducta; al mismo tiempo que la intención*
también nos indicará la dirección
hacia la que el sujeto debe dirigir la conducta, hace referencia a la tendencia
a acercarse o evitar un determinado objetivo ya que la activación por sí sola
no puede ser responsable de la conducta motivada, diferencia el comportamiento
motivado de los hombres con el comportamiento animal. El proceso motivacional
se autorregula a través de un sistema de retroalimentación:
la conducta actúa en torno a medida que vaya obteniendo información del
progreso de su ejecución. De este modo la intención actuará de nuevo sobre la
activación, modificando o no su intensidad, con el fin de mantener la conducta
o bien finalizarla. La intención actuará sobre la dirección para comprobar si
se han conseguido los objetivos propuestos, e incluso puede actuar cambiando de
objetivos según se modifiquen las condiciones o las necesidades.
En
el proceso motivacional pueden actuar como detonantes uno o varios de los
determinantes de la motivación. Como determinantes de este proceso intervienen
tanto factores internos como externos de forma que la conducta final que se
ejecute pueda ser el resultado de la actuación de varios de ellos. Los determinantes internos son los que
ejercen de tracción de
comportamiento; mientras que los determinantes
externos ejercen de propulsión
del comportamiento.
La
intención* es el factor motivacional
que más influye en la conducta, es un indicador de con qué intensidad se está
dispuesto a intentar o cuánto esfuerzo se pretende dedicar a ejecutar un
comportamiento. Por otro lado hay que señalar que la intención depende también
de dos factores:
{
La actitud hacia la conducta: se refiere a la evaluación personal que le sujeto
hace de ella
{
Norma subjetiva:
se refiere a las creencias que ejercen la presión social y que inducen al
sujeto a realizar o no ciertas conductas
La
intención del individuo en relación con una o conducta solo se llevará a cabo
si dicha conducta se halla o no bajo su control voluntario. La intención está
determinada por la actitud hacia la conducta, las normas subjetivas y el control voluntario que actuarán
sobre la propia ejecución de la conducta.
En
resumen, el proceso motivacional se produce por los determinantes
motivacionales que movilizan la intención de realizar una conducta, con una
determinada activación y dirección. La conducta interactúa con el medio
produciendo cambios en la propia intención creando un sistema de
retroalimentación.

5.3.
El proceso de motivación propuesto por Palmero
Para
Palmero (2005), su propuesta para explicar el
proceso de motivación pate de diferenciar dos momentos distintos en dicho
proceso: la toma de decisiones y la elección del objetivo que se convertirá
en meta, que abarca desde la aparición del estímulo hasta la consecución de la
conducta motivada; el control del
resultado o control sobre la acción que se ha llevado a cabo, incluye
aspectos como la verificación de la congruencia, la atribución de causas y la
generalización de los resultados.
La
secuencia que propone palmero comprende los siguientes pasos:
La ocurrencia o aparición del estímulo: puede ser externo o interno, si es externo lo
llamamos deseo, ya que el individuo
se siente atraído por una determinada característica de ese estímulo. Si es
interno lo llamamos necesidad, ya
que el individuo siente una carencia. Es estimulo puede darse realmente ante el
sujeto, o no estar físicamente presente, o consistir solo en una distorsión
perceptiva o alucinación.
El proceso de percepción del estímulo: se requiere la presencia de un estímulo, la
actuación de receptores adecuados y por supuesto la intensidad suficiente para
que sea captado por dichos receptores. La percepción del estímulo se puede
realizar de dos modos distintos: la percepción
consciente, el individuo detecta la presencia del estímulo, en este caso
diferentes variables pueden repercutir en la disposición hacia el estímulo; la percepción no consciente, el individuo
no pone su atención sobre el estímulo, pero el estímulo afecta a sus receptores
y ser por consiguiente procesado el estímulo, continuando de igual modo con el
proceso motivacional.
Los procesos de evaluación y valoración
del objetivo, que permitirán al
organismo decidir qué estímulo es capaz de desencadenar la conducta motivada.
El primero de los procesos se caracteriza por la evaluación de la expectativa de
consecución de un determinado objetivo, el individuo analiza las
características de los distintos objetivos que intenta conseguir, teniendo en
cuenta la dificultad que presenta , los recursos y las habilidades de que
dispone y el esfuerzo que necesita. El segundo se caracteriza por la valoración
o la escala de satisfacción en la que se incluyen las dimensiones cognitivas y
afectivas de los objetivos, y las connotaciones negativas que puedan tener en
el caso de no poder conseguirlos.
Los procesos de decisión y elección del
objetivo: en los cuales hay que tener
también en cuenta, además de la necesidad o el deseo, el valor del objetivo y
la expectativa de conseguirlo. Cuando son altos tanto el valor como la
expectativa de éxito, existe una elevada probabilidad de conducta motivada
dirigida hacia ese objetivo, si existe una mínima necesidad o deseo. Cuando son
bajos tanto el valor del objetivo como la expectativa de éxito, la probabilidad
de una conducta motivada dirigida al objetivo es también muy baja.
La realización de la conducta motivada: esta conducta está considerada como un instrumento
con el cual el individuo intenta aproximarse para conseguir su objetivo, y que
puede estar constituida por una secuencia de conductas instrumentales que
inician una actividad de ensayo-error dirigida a conseguir una meta.
La
activación en este proceso, se
inicia desde el momento en que el organismo detecta una necesidad, poniendo en
marcha de forma automática los mecanismos apropiados para corregir dicha
necesidad o deficiencia. Se produce una activación con características
homeoestáticas. Se produce activación cuando un individuo percibe, de forma
consciente, un estímulo atractivo que desea conseguir, produciéndose una activación general, cuando el individuo
ha elegido el objetivo y ha decidido cómo conseguirlo, la activación se vuelve
más específica afectando solo a los
sistemas que le permitirán ejecutar las conductas instrumentales que le
acerquen a la meta.
La
dirección en el proceso motivacional
empieza en el instante mismo en que se producen los procesos de evaluación y
valoración, actuando en la elección del
objetivo que se convertirá en meta y con la elección de las conductas adecuadas para conseguir el objetivo.
El
segundo momento de proceso motivacional, el individuo llevará a cabo el control del resultado, con la
verificación dela congruencia, la atribución de causas y la generalización. Con
respecto a la verificación de
congruencia; al mismo tiempo que el individuo realiza las conductas
instrumentales, efectúa un balance de congruencia entre su situación actual y
lo que espera obtener, cuando la congruencia es máxima el individuo continua el
proceso. La atribución de causas,
pretende que el individuo comprenda lo adecuada que fue la elección de la meta,
así como de las conductas instrumentales que usó. Para que se inicie el proceso
de atribución de causas no es necesario que el individua haya finalizado la
conducta instrumental. Como consecuencia de los procesos anteriores, el individuo
establecerá una función de generalización
de los resultados que le permitirá asociar las conductas instrumentales usadas
con objetivos similares a los que obtuvo.
5. Componentes
de la motivación
Durante
siglos, los eruditos han dado diversas explicaciones. Estas explicaciones tan
distintas no fueron sometidas a ningún control científico hasta comienzos del
siglo XX. Basándonos en las investigaciones científicas la mejor manera de
entender la motivación humana es analizar los distintos sistemas que la
conforman, estudiando sus principales componentes: biológicos, aprendidos y
cognitivos.Es importante considerar los componentes motivacionales para
comprender el funcionamiento del proceso motivacional, y conocer las
interrelaciones que se producen entre ellos.(Fraken 2002) P. Ej: el aprendizaje
y la cognición pueden llegar a modificar la expresión de la biología
subyacente.